viernes, 13 de marzo de 2009

La crónica de la Transgrancanaria 09

Llegamos un poco tarde pero llegamos a tiempo para empezar bien la carrera, aunque a veces ese ambiente que se vive previo a la carrera sea una de las cosas que mejor sabor de boca deja al finalizar la experiencia.
Eran las 9:40, daba el sol pero hacia fresquito, incluso por el camino habíamos visto placas de hielo en los arcenes. Decidí ponerme los guantes por si en el tramo de El Garañón - Cruz de Tejeda soplaba viento fuerte que me hiciera bajar la temperatura corporal. Estaba claro que con el día que se presentaba no iba a necesitar los guantes más allá del parador de la cruz de Tejeda.
Nada más llegar ya estaban anunciando por megafonía que pasaran todos los corredores por el control del chip y así hice, tras eso una visita a los servicios y ya no quedaba apenas tiempo sino para coger posición en la salida y calentar un poquito en el sitio.
Con unos minutos de retraso daba comienzo mi primera carrera de montaña y mi primera Transgrancanaria (y espero que no sea la última). Comencé fuerte y con ganas, a lo que tuve que responder con una buena dosis de tranquilidad y de relajación para que no me pasara factura durante la carrera, como muchos compañeros me habían aconsejado. En los primeros kilómetros era muy difícil adelantar a nadie, era tal la cantidad de corredores que a la más mínima te podías tropezar y caer encima de alguien. En todo lo que era bajada o llano suave intentaba correr y cuando el camino miraba hacia el cielo paraba y caminaba con un ritmo constante.
En apenas 44 minutos ya estaba en la Cruz de Tejeda y allí ya me deshice de los guantes y me abrí la parte de arriba debido al calor que empezaba a hacer y a que tenía ya una temperatura corporal óptima para correr. A los 55 minutos coronaba Cruz Chica tras haber subido hablando con varios compañeros de carrera, entre ellos dos hermanos de Teror con los que hice gran parte del recorrido. Tras alcanzar la Cruz Chica comenzaba un descenso casi constante hasta Teror. A la hora y cuarto ya empezaba a hidratarme y a comer algo para así no sufrir ninguna bajona o pájara por la inanición.
Llegaba a Teror con un tiempo de 2:23:04, cuando ni en mis sueños pensaba bajar de las dos horas y media y teniendo en cuenta que dos semanas antes habíamos hecho el mismo tramo en 3 horas 5 minutos. Tras beberme dos aquarius y comerme una chocolatina Tirma (las de toda la vida, salía sin perder un segundo rumbo a Osorio. Entre Teror y la finca de Osorio comencé a notar molestias que me hicieron dudar de si podría alcanzar la meta, así que tomé la decisión de bajar el ritmo y "simplemente" caminar hasta que me encontrara mejor (si es que mejoraba). Acabando ya el barranco del Pino me encontraba mucho mejor, no se sería el lucozade que me había tomado o que, pero me encontraba con fuerzas y aumenté muchísimo el ritmo empezando a adelantar a gente de todas las carreras.
En la llegada a la acequia conocí a los amigos Venezolanos y seguí con buen ritmo, lo que me hizo adelantar a gente en la misma acequia, que me daban paso tan amablemente. Con la subida por la pared ayudado de las cuerdas que puso la organización se llegaba al avituallamiento sólo líquido de Tenoya, en donde me lavé la cara y me cogí un par de gajos de naranja que me los comí en el camino. Muy cerca del avituallamiento hay una de las últimas cuestas del camino y ahí conocí a Luisao de los bichillos running, una persona muy agradable, que al día siguiente saludé.
Después de haber llegado al barrio de Las Mesas ya todo se hacía más fácil y no había otra sino acabar la carrera, así que con esas puse un ritmo muy fuerte que me hizo adelantar a varios corredores que ya andaban con las fuerzas muy limitadas.
Al llegar al barrio de los Giles me empezaron unos dolores de espaldas que me hicieron retorcerme de dolor, dolores que nunca antes había sufrido. Después de la carrera supe la causa de dicho problema, el esfuerzo realizado por los riñones. Tras ver que empezaba la bajada hacia la meta, intenté olvidarme de los dolores y dar todo lo que me quedaba para intentar acabar lo antes posible.
Al pasar la distribuidora de Firgas, ya en llano, me pasó una cosa curiosa, resulta que una chica de mi carrera la veo que viene fuerte y me adelanta, parando el ritmo 10 metros delante mía, con lo cual me sorprendo ya que a la chica esa jamás la había visto durante la carrera y sólo había corrido la última parte para adelantarme, así que aumenté el ritmo, y ella al verme que subía la velocidad también aumentó.
La verdad es que fue muy bonito esa última parte de la carrera y el sprint final con esta chica a la que adelanté en el último metro y con la que después me saqué un foto.
Al final 5:23:49, un tiempazo para mis expectativas, sin duda un gran carrera, que ni en mejores pensamientos imaginé.

3 comentarios:

Félix dijo...

Nuevamente, felicitaciones.

Me acuerdo cuando nos pasaste, cuando me presenté como "lo que queda de Félix". De ahí te nos perdiste; ibas volando.

Seguimos en contacto. Sé que le tienes ganas a la Sur-Norte. Espero que el año que viene, me cuadre todo y pueda estar allá en la isla afortunada.

Saludos,

Raúl Bellot dijo...

Si muy gracioso eso de "lo que queda de Felix" jeje.

Si tengo mucho ilusión por hacer la Sur-Norte pero aún queda un año y hay muchas carreras por medio, y más aquí que estan apareciendo carreras hasta debajo de las piedras. Ahora mismo estoy preparando una que es Mayo, la circular de Tejeda.

Saludos.

Jesus Hulett dijo...

coño, tambien con algunas cronicas mas puedes hacer un libro!!!, jajaja, bromeo. Espero que mi dolor en la espalda no sea por nada de riñones, sino me asusto de verdad. Pues nada, Felicitaciones nuevamente y que sigan los exitos. Saludos